jueves, 30 de agosto de 2018

EL JAINISMO Y LOS MONJES JAINISTAS


Nataputta, que fundó el jainismo en el siglo VI a. de J. C., era hijo de un jefe hindú. Hasta los treinta años se entregó a la vida mundana; pero, cuando tenía dicha edad, murieron sus padres, desgracia que le causó tanta impresión, que abandonó a su mujer y parientes y comenzó a recorrer la tierra desnudo y consagrado por entero al ascetismo.

 
Las pruebas de mortificación a que se sometió, y la contemplación en que se absorbió, le dieron un gran autodominio y llegó a ser iluminado. Sus secuaces le aplican los epítetos de Mahavira ("Gran héroe"), Kevalin ("Sabio perfecto") y Jina ( "Conquistador" ).
 
El jainismo, que cuenta con un millón de seguidores, sobre todo en la porción noroccidental del subcontinente indio, se parece en cierta manera al budismo, puesto que, como éste, nació de la reacción contemporánea (siglo VI a. de J. C.) contra la fuerza creciente y sofocante del brahmanismo. Esa reacción se centró principalmente en dos puntos: la casta guerrera india, los ksatriya, quiso liberarse de la férula de los brahmanes y, además, y de modo paradójico, por motivos de hábitat, civilización y otros más, se declaró partidaria de la doctrina del amor a todos los seres y cosas.
 

EL BUDA HUMANO Y EL BUDA LEGENDARIO



El budismo posterior, que ha llegado hasta nuestros días, resulta de una transformación radical del primero, ya que ha creado su teología, mitología, magia, culto, instituciones y ritual.

Del Buda humano, que vivió, luchó y predicó en este mundo, se pasó a un Buda legendario, que había existido varias veces antes y después del auténtico. Así se desarrolló la creencia de que hubo y ha de haber múltiples Budas; por otra parte, se creyó que el histórico fue más que humano y, al propio tiempo, que el mismo fue un avatar o encarnación del sobrenatural. Éste ejecutó gran número de prodigios, aunque el Buda auténtico obró al parecer muy pocos milagros.
 
También se opina en el budismo remozado y alterado que los santos, los cuales ingresan inmediatamente en el nirvana, son sustituidos en el mundo por los Bodhisattvas, es decir, las personas que llegarán a ser Buda en una de sus vidas futuras. Para ello, irán ganando en mérito y santidad, en cada transmigración, hasta que se conviertan en un Buda igual al primero, que les sirve de dechado; además, darán nuevo impulso al budismo.
 

LA ESENCIA DEL BUDISMO O LAS RAÍCES DE LA SERENIDAD

 
La esencia del budismo se condensa en el Sermón de Benarés, la primera predicación de Buda tras su iluminación, y encierra las doctrinas del Camino Medio y de las Cuatro Verdades Nobles, que se han conservado en el cuerpo de las creencias budistas, a pesar de los muchos cambios que han sufrido.
 
El Camino Medio estriba en evitar los extremos llamados placer y ascetismo.
 
Las Cuatro Verdades Nobles son:
 
- 1ª. La existencia individual implica sufrimiento.
 
- 2ª. La causa de ello, que se halla en el arranque de nuestras angustias y dolores, es el apego a los objetos sensibles, de aquí que la paz espiritual se logre sólo con la limitación de los deseos.
 
- 3ª. El despego y la posibilidad de alcanzar la serenidad consisten en dominar la fuerza de nuestros actos (karma), de modo que no se vuelva a nacer.
 

martes, 28 de agosto de 2018

CONFUCIO Y EL TAO, "EL CAMINO HACIA EL CIELO"


Confucio, forma latinizada del nombre chino Kung fu-tzu, "maestro Kung", vivió poco más o menos desde 551 a 479 a. de J. C.
 
A la muerte de su padre, de quien se dice que descendía de reyes, él y su madre vivieron en la pobreza. A los veinte años se casó, tuvo un hijo y desempeñó cargos oficiales. Fallecida su madre, en 527, renunció a su función pública para observar el luto de veintisiete meses que la tradición imponía a los magistrados. Aprovechó el período de retiro para dedicarse al estudio de los anales, costumbres, leyes y registros antiguos, con el fin de desentrañar la verdadera naturaleza del tao, y a este período se asigna buena parte de su producción literaria sobre historias de la antigüedad.

Pasado el duelo, fue magistrado de nuevo durante varios años, hasta que las intrigas de los señores, envidiosos de su sabiduría e influencia popular, ocasionaron su expulsión de los cargos oficiales.
 

LAS RELIGIONES DE JAPON, GUERREROS ENAMORADOS DE LAS ARTES Y LAS LETRAS


Los japoneses proceden de la mezcla de pueblos de diverso origen (y lo mismo puede afirmarse de su cultura), llegados en su mayoría del continente asiático. No obstante, aprovecharon elementos tan dispares con tanta habilidad, que consiguieron crear una de las civilizaciones más típicas del mundo. Ello se prueba con el hecho de que, prescindiendo del sintoísmo (religión nipona autóctona), Japón supo matizar el budismo, que en él tiene una larga historia, con la creación de una doctrina y una secta tan característica como el zen, la cual modeló de modo decisivo gran parte de su civilización.

Guerreros enamorados de las artes y las letras

Es poco lo que se sabe de Japón en la edad anterior a la historia. En el siglo IX a. de J. C., se hallaba habitado por los ainos, protocaucásicos, de tez blanca y barbados, a los que grupos étnicos emigrantes (los futuros nipones), salidos del Asia oriental, Malasia y Polinesia, desplazaron hacia el norte.
 
Hacia el siglo VI anterior a la era cristiana, los invasores estaban repartidos en tribus, que luchaban sin descanso entre sí por la propia hegemonía. Finalmente se impusieron los jefes más progresistas, es decir, los que habían sido educados en la cultura córeana. Así, en el siglo V, surgió en el centro de Japón el gobierno de los Yamato, que es posible considerar como el inicio de la tradición imperial japonesa.
 
Sin embargo, la cohesión del poder no empezó a apuntarse hasta bastante después, gracias a las campañas contra Corea, durante las cuales, hacia el año 400 d. de J. C., la cultura china, y con ella la escritura, entró en el archipiélago.
 

AKENATÓN, EL SERVIDOR DE ATÓN

 
Los faraones más notables de la dinastía XVIII, con el encumbramiento de Amón-Ra como dios de la familia reinante, asistieron al beneficio inaudito que los sacerdotes obtenían de su culto.
 
El clero egipcio había consolidado su poder, que llegó a ser asfixiante, al recibir una parte de los tesoros capturados al enemigo, en las campañas de expansión territorial, y de los cautivos hechos al adversario, amén de las donaciones de tierras debidas a la piedad de los príncipes y altos dignatarios. Así, el templo de Karnak llegó a ser una enorme construcción de esplendor inconcebible.
 
Amenofis (1408-1372) se percató del creciente peligro que significaba para la autoridad real el poderío del sacerdocio. Como expediente con que aminorarla, se decidió a trasladar su palacio lejos del santuario.

domingo, 26 de agosto de 2018

TAOISMO: DIOSES DE INNUMERABLES ORÍGENES


La diferencia que existe entre el taoísmo, una de las principales religiones chinas, y las otras dos más importantes, o sea el confucianismo y el budismo (en la práctica las tres pueden considerarse en China como partes de un mismo cuerpo), estriba en su carácter mágico y religioso, frente a la índole político-moral del confucianismo y al carácter metafísico del budismo.

Puede decirse que sólo establecieron distinciones entre ellas sus respectivos sacerdotes. Por esta razón se encontraban antaño en la China continental los templos llamados de "las tres doctrinas", en los que se veneraban imágenes de Buda, Confucio y Lao-tse.
 
El taoísmo deriva de la doctrina del tao, pero no como la expuso Lao-tse, sino de un aspecto corrupto de la misma, y puede definirse como la primera fe popular china, con adiciones más o menos puras de filosofía, tradición y ritual.
 
Lao-tse fue un filósofo que, con Confucio, se convirtió en la personalidad más influyente de la vida espiritual de China. El nombre con que le conocen los occidentales no es, en realidad, sino un epíteto que significa "filósofo venerable" antes de que consiguiera celebridad y se le denominase por él, se llamó Li Erh (c7.604-5312). Fue archivero en la corte de los Chou; salvo esto, muy poco se sabe de su vida.

EL MITO DE ZAPOTEC SOBRE LA CREACIÓN


Entre los zapotecas, pueblo relacionado con los mixtecas, hallamos una concepción similar del proceso creativo. Cozaana es mencionado como creador y hacedor de todas las bestias en el valioso diccionario zapoteca del padre Juan de Córdoba, y Hui-chaana como el creador de hombres y peces. Así tenemos dos creaciones separadas para hombres y animales.

Cozaana atribuía al Sol la creación de todas las bestias, pero, extrañamente, es aludido en el diccionario de Córdoba como «procreador», mientras que indudablemente se trata de una deidad masculina. Huichaana, el creador de los hombres y los peces, es, por otro lado, aludido como «agua» o «el elemento de agua» y «diosa de la generación».

EL NOAH MEXICANO Y LAS INUNDACIONES


Las leyendas sobre las inundaciones, aunque parezca mentira, ocurren con mucha más frecuencia entre el pueblo, de Nahua y afines que en las demás leyendas sobre la creación.
 
El Abbé Brasseur de Bourbourg ha traducido una de estas historias directamente del códice Chimalpopoca, un trabajo en Nahuatl datado en la última parte del siglo XVI. Narra los hechos sucedidos al mexicano Noah y su esposa Nena de la siguiente manera:
 
«Y este año fue de Ce-calli, y el primer día todo se había perdido. La montaña estaba sumergida en el agua y el agua permanecía tranquila durante cincuenta y dos primaveras.»

viernes, 24 de agosto de 2018

EL SIJISMO Y LOS SIJS


Los sijs, cuyo número total asciende a unos seis millones, representan una comunidad religiosa del Penjab, cuyo nombre, en el transcurso del tiempo, se ha convertido en la designación de un pueblo.
 
La fundó Nanak (1469-1539), el primer guru, con el propósito de unir a hindúes y musulmanes en un solo cuerpo. Los guru que le siguieron, hasta nuestros días, tanto por circunstancias históricas como por iniciativa propia, no sólo hicieron evolucionar la creencia inicial, sino también transformaron a los sijs en una fuerza militar de enorme eficacia. Esto último se debió sobre todo a la persecución religiosa a que los musulmanes los sometieron durante el reinado de Jihangir, sucesor de Akbar, precisamente cuando Guru Arjan compuso el Adigrant, la "Biblia" sij, que contiene las enseñanzas de Nanak y sus sucesores, y las de los santos que los precedieron.
 

EL BUDISMO: UNA APORTACIÓN DE LA INDIA AL CELESTE IMPERIO


El budismo tuvo gran influencia en las religiones de China. Se introdujo en este país, durante el período de los Han, a través de las caravanas que cruzaban el Asia Central. Al poco tiempo florecieron monasterios en algunas provincias chinas, de los que ya se tiene noticia en la segunda mitad del siglo I. Su desarrollo mayor y su aceptación bastante general ocurrieron entre los siglos III y VI.

 
En lo histórico, principalmente en la época mencionada en último lugar, a consecuencia de la protección imperial, los budistas comenzaron a conquistar privilegios y exenciones, que les animaron a llevar a cabo un amplio movimiento de proselitismo, sólo estorbado por la persecución del año 844. De las dos escuelas de budismo, la del Hinayana ("Pequeño Vehículo"), de naturaleza conservadora, y la del Mahayana ("Gran Vehículo"), fue ésta la que se impuso en China. El Mahayana tiene un aspecto filosófico y esotérico, y otro religioso y exotérico; este último se enriqueció con una mitología y un culto ritual de devoción y así llegó a confundirse en muchos aspectos con el hinduismo.
 

LAS RELIGIONES DE CHINA


El colosal país chino, en cuyo seno nacieron el confucianismo, el taoísmo y numerosas creencias locales, que forjaron de modo casi decisivo el espíritu del pueblo (sin contar con el budismo, de origen foráneo), se caracteriza por una historia dilatada, que se proyectó hacia las naciones occidentales con la apariencia de progresos de índole material, y que influyó en muchas orientales en lo espiritual.
 
Históricamente, el nacimiento de la civilización china se pierde, como suele decirse, en la noche de los tiempos. Las excavaciones arqueológicas han probado la existencia de gentes que evolucionaron, con anterioridad a los períodos históricos y protohistóricos, desde tipos prehumanos hasta los actuales, durante siglos y más siglos. Desde los homínidos hasta la Edad de bronce (2000-1800 a. de J. C.), la prehistoria traza una imagen oscura e inconexa de China.
 
La primera forma de gobierno, imperfectamente conocida, se debe a los Hsia, que dominaron en el valle del rio Hoang-ho desde, aproximadamente, 1994 a 1523, fecha la última que asistió a la aparición de la dinastía Sang (1523-1027 a. de J. C.), la cual se caracteriza por los excelentes objetos de bronce que llegó a elaborar. Los Sang fueron desposeídos y barridos de la escena política por los Chou (1027-256), que tenían la jefatura de un poderoso pueblo de la frontera occidental. Los Chou se establecieron en el noroeste de China y ampliaron considerablemente sus dominios, hasta que el país se fragmentó en numerosos estados feudales. Por fin, la dinastía de los Chin se impuso e inició una clase de gobierno que persistió hasta la Edad Moderna.

LAS CASAS DE ETERNIDAD O TUMBAS EGIPCIAS

 
La "casa de eternidad", o sea la tumba, es expresión de las creencias egipcias, gracias al cumplimiento de las cuales el egipcio podía atender a su viaje al más allá con la conciencia tranquila.
 
Pueden considerarse dos clases de tumbas: particular y real u oficial, fácilmente distinguibles una de otra.
 
Las particulares constaban de dos partes distintas. La más esencial fue siempre la cámara funeraria, situada en el fondo de un pozo, al amparo de los saqueos, peligrosos para la supervivencia del difunto. El cadáver de éste descansaba en un sarcófago o urna de piedra casi inviolable, y estaba rodeado de vituallas, pues se creía que el alma de los muertos vivía en el interior del sepulcro, cerca del cuerpo. La segunda parte consistía en una superestructura, cuya fachada tenía el aspecto de un palacio. En el lado meridional de la misma había un nicho, orientado hacia el Nilo. Ambas porciones sepulcrales se comunicaban por una chimenea o, más tarde, por un pozo, que tenía en la parte alta un orificio detrás del nicho. Por él, el alma "salía al día", es decir, al mundo, y también por él se enviaban las ofrendas destinadas al muerto.
 

miércoles, 15 de agosto de 2018

HINDUISMO, BRAHMANISMO Y YOGA EN LA INDIA



El brahmanismo es el desarrollo religioso-filosófico de las doctrinas de la religión védica y el hinduismo constituye algo más que una religión, derivada del brahmanismo, pues incluye una completa forma de vida, desde lo social hasta la filosofia. Téngase en cuenta, además, que lo religioso y lo filosófico siempre estuvieron íntimamente imbricados en la India.

De manera general, puede decirse que el brahmanismo, sobre lo ya apuntado, representa el conjunto de la religión y la metafísica de la casta sacerdotal de los brahmanes y de la mayoría de los hindúes frente a otros grupos religiosos, como el musulmán. Implica en sí un cuerpo coherente, aunque no sistemático, de doctrinas, unas reveladas y otras debidas a la tradición, que matiza lo profano y lo sagrado sin distinción, y que se integra en una cultura.

El hinduismo es más difícil de definir. Aplicado al terreno religioso el vocablo no aparece posiblemente hasta la invasión islámica de la India. Desde el punto de vista de la fe, denota una posición espiritual vaga y multiforme, que, en su estado actual, abarca muchas creencias, prácticas y ritos religiosos, desde los más superiores a los más inferiores, a menudo opuestos o contradictorios entre sí. Jawaharlal Nehru, a quien se debe esta definición, asegura que la esencia del hinduismo es "vivir y dejar vivir". Constituye, en efecto, una amalgama de tipos de religión, de cinco a seis, que van desde el politeísmo al monismo filosófico, y del animismo al panteísmo.

En cuanto a la relación entre el brahmanismo y el hinduismo, dependientes entre sí como acabamos de ver, puede establecerse la salvedad de que el primero es la expresión religiosa superior, resultante de la mezcla de los arios con los no arios de la India, mientras que el hinduismo es la expresión religiosa inferior o popular, nacida de todos los elementos raciales y culturales que han existido en la India, sobre todo los de índole no literaria.
 

EGIPTO ANTIGUO: LOS HOMBRES MÁS RELIGIOSOS

 
Décimo Julio Juvenal, dijo irónicamente que los egipcios eran los hombres más religiosos del mundo, pues adoraban incluso a las cebollas de sus huertos. Se trata desde luego de una sátira y, por lo tanto, contiene una exageración; no obstante, el comentario se basa en la realidad observada. Por ello, es menester decir unas cuantas palabras sobre el culto egipcio y sus ceremonias.
 
Se creía en Egipto que cuanto encierra el universo pertenecía a los dioses. Éstos eran fuente de prosperidad, conocedores de los deseos de los humanos y dispuestos a intervenir en su favor llegado el caso. La seguridad en ello, aunque a veces producía aberraciones de interpretación y de egoísmo, no incitaba a afanes irrazonables; generalmente, las súplicas dirigidas a las deidades se resumían en pedir habilidad en el desempeño de las funciones terrenas, la salvación futura y la perduración en la otra vida.
 
La piedad se mantenía con el respeto de principios tales como no robar, no desobedecer las disposiciones divinas, etc.
 

lunes, 13 de agosto de 2018

MITOLOGÍA DE LA CREACIÓN CHINA Y LA LECTURA DE LAS CONCHAS DE TORTUGA


Hay una considerable diferencia entre las divinidades de la China clásica, que termina con la dinastía de los Han (año 9 d. de J. C.), y las de las épocas posclásicas, cuando los dioses son más abundantes, tienen diversos orígenes (taoísta, budista, cultos locales) y ofrecen una personalidad más definida.
 
Los dioses antiguos de China son relativamente pocos y apenas se representan en obras artísticas. Además, su personalidad resulta muy vaga en las fuentes, lo cual no quiere decir que no existan mitos referentes a ellos, sino que los datos se presentan de modo fragmentario y episódico. Antes de referirnos a estos mitos, convendrá que revisemos lo que se sabe de las primitivas creencias chinas.
 
Los más antiguos vestigios de las mismas son los huesos de animales y conchas de tortuga que se empleaban en la adivinación, por medio de la observación de las grietas que en ellos producía el fuego. A veces las preguntas y las respuestas se grababan en el material empleado en el proceso de consulta. Ésta tenía por objeto todas las cuestiones que afectaban a la vida de la comunidad, tales como la lluvia, el viento, las expediciones guerreras y de caza, sacrificios, etc.

Los seres a quienes se interrogaba eran los antepasados. Gracias a esta forma oracular sabemos que la religión china tradicional se refería al Tien (el cielo), que recibe asimismo el nombre de Sang-ti "Supremo dominador" o "Soberano del mundo superior"), cuya figura paralela es el soberano de la tierra, o sea el fundador del clan, al que todos los miembros de la familia o estirpe veneran como si fuera un dios.

EL BUDISMO


El budismo apareció en la India durante el siglo VI a. de J. C. Se consideró desde entonces como una secta heterodoxa del hinduismo y el brahmanismo, puesto que negaba la vigencia del sistema de castas, rechazaba la jefatura religiosa, intelectual y social de los brahmanes, desdeñaba las ceremonias y el sacrificio, y no admitía ni el carácter sagrado, revelado, que se atribuía a los Vedas, ni la afirmación de que éstos contenían la verdad eterna.

Por todas estas circunstancias, fue poco a poco absorbido por el hinduismo, entre los años 1000 y 1300 d. de J. C., y puede afirmarse que hoy ha dejado de existir en la India. En cambio, se mantiene vigoroso y con gran influencia en Ceilán, China, Japón, Corea, Tibet, Mongolia y el sudeste asiático, incluida buena parte de sus archipiélagos.

Los historiadores e investigadores de las religiones de Europa y América, y, desde luego, los budistas, admiten que esta religión (hasta donde merece este nombre, como veremos más adelante) fue fundada por un ser humano. Buda ( Budhha) es un epíteto que significa "el iluminado".
 

domingo, 12 de agosto de 2018

LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE EN EL ANTIGUO EGIPTO


Una creencia egipcia, en verdad inalterable en el transcurso de los siglos, desde los más remotos orígenes hasta la época helenística o bien entrada la romana, fue la de la supervivencia del hombre tras la muerte la cual, desde luego, experimentó una considerable evolución desde la antigua concepción ctónica hasta las más espirituales de los períodos tardíos.
 
La noción que Egipto tenía del hombre como ser total (cuerpo, alma y espíritu) no resulta aún muy clara, a pesar de los grandes avances realizados en el conocimiento de la religión, así como de la civilización en general, del antiguo pueblo del valle del Nilo.
 
El mundo creado posee en todas sus manifestaciones materia y espíritu, desigualmente repartidos. En partes de la creación prepondera en absoluto la materia, tal es el caso de la tierra; hay, en cambio, seres por completo espirituales, como los dioses. Tanto aquéllas como éstos no son más que "aspectos" del todo divino. El hombre ocupa una posición intermedia entre los dioses o espíritus puros y la materia inerte e inconsciente: es un compuesto de polvo, que forma su cuerpo (jet), a quien el ka, principio de vida, proporciona conciencia, expresada en su alma individualizada o ba, que se representaba como un ave dotada de cabeza humana.

El concepto del ka es bastante difícil de comprender. Por ello algunos egiptólogos han pretendido ver en él un reflejo inmaterial del cuerpo, un "doble", y otros, conforme a estudios y conclusiones mas recientes, un genio protector que nacía con el individuo y que cuidaba de él tras la muerte.

sábado, 11 de agosto de 2018

FIESTAS, SUPERSTICIONES Y ORÁCULOS EN EL ANTIGUO EGIPTO

 
En compensación del culto exclusivo existente en Egipto, el culto popular hacia gala de su ímpetu y fervor con ocasión de las fiestas religiosas. Por lo menos una vez al año, de la misma manera que el faraón accedía de vez en cuando a mostrarse, con gran pompa, ante el pueblo en las calles de la ciudad o en los lugares adecuados a ello, se efectuaba la aparición de la divinidad. La ceremonia se esperaba con gran impaciencia.
 
Los textos egipcios la llaman "la salida del dios". La estatua o estatuas eran sacadas en procesión y los sacerdotes las exponían a la veneración general durante las paradas o estaciones. Terminada la procesión, los fieles, peregrinos o no, sacrificaban en honor de la deidad y se entregaban después al placer. De esta suerte se conmemoraban los acontecimientos más notables de la vida terrena del dios, tales como su nacimiento o su triunfo sobre sus enemigos.
 
Había, además, otras fiestas especiales, como la del Año Nuevo, la neomenia (primer día de la Luna), la crecida del Nilo, el principio del laboreo y la cosecha.
 
Entre las ceremonias, merecen citarse las visitas que efectuaban las estatuas de los dioses a las divinidades de las ciudades vecinas, a fin de participar en sus fiestas, lo que se realizaba en barca; las fiestas, que pueden calificarse hasta cierto punto de gremiales, durante las cuales las calles se mantenían iluminadas de noche, en tanto que de día la imagen de la deidad recorría todos los barrios de la urbe y sus suburbios, en varias fechas seguidas, y se albergaba, al anochecer, en capillas especiales dispuestas a lo largo del itinerario.
 

VEDAS, LOS LIBROS DEL CONOCIMIENTO RELIGIOSO DE LA INDIA


Se llama veda a la literatura de los invasores arios de la India.

En realidad, pueden distinguirse en ella dos períodos: el védico y el sánscrito.
 
La palabra veda significa "conocimiento" y tiene la acepción especializada de "conocimiento por excelencia", de la misma manera que los cristianos llaman Biblia (del griego biblos = libro) a las Sagradas Escrituras. Bastan estos conceptos para denotar el carácter estrictamente religioso de esta literatura, que nació para satisfacer las necesidades de un complicado sistema religioso, lo que le concede un valor práctico en esencia.
 
Es muy difícil asignarle una fecha precisa, como suele ocurrir en el caso de la inmensa mayoría de los principales monumentos literarios indios. Los arios (indoeuropeos) entraron en el subcontinente por el mismo camino que siguieron las restantes invasiones, o sea por el noroeste. Al principio del período védico se hallaban establecidos en la cuenca del Indo y en el Penjab, desde donde, en épocas sucesivas, se extendieron hacia el sur hasta llegar al valle del Ganges. La más antigua obra a ellos debida es el Rig Veda, que los tratadistas datan entre el año 4000 y el 1000 a. de J. C. (la fecha más aceptada o equilibrada es el año 2000 a. de J. C.).
 
El período védico se cierra poco antes de la era cristiana. Las otras colecciones literarias védicas son el rajur Veda, que contiene una serie de fórmulas del ritual primitivo; el Sama Veda, con cantos del mismo origen, y el Atarva Veda, que cuida de la religión privada o doméstica.
 

LAS RELIGIONES DE LA INDIA

 
El subcontinente indio, inmensa extensión triangular de tierra apoyada en el Himalaya, es uno de los centros culturales más antiguos del mundo.

Como todas o casi todas las penínsulas ha sido el escenario de luchas de pueblos y civilizaciones que los azares históricos acumularon dentro de sus limites.

Gentes de varia procedencia chocaron, se absorbieron o se asimilaron en ella, oriundas por lo regular del noroeste, puerta abierta a través del valle del Indo y del Penjab. Ello no obstante, a pesar de las diferencias internas observables en el propio territorio indio, en ese crisol se ha creado un tipo humano muy característico, casi inconfundible incluso para los ojos más inexpertos.

En la India, desde el punto de vista de la religión y las creencias, se advierte una gran riqueza espiritual, en efervescencia desde la protohistoria, que produjo algunas de las más notables religiones existentes en el mundo. Sin embargo, hay que observar que la irradiación de las mismas nunca afectó al Occidente, sino que se propagó hacia el Oriente, y que alguna, como el budismo, había perdido vigor en el territorio indio cuando arraigó, con formas más o menos espúreas, aun en el lejano Japón y llegó a modificar de modo considerable su cultura. El budismo persiste en partes del sudeste asiático tan llenas de vitalidad como la península Indochina y en Insulindia.
 

jueves, 9 de agosto de 2018

LEYENDA DE CABRAKÁN (LEYENDA INCA)


 Cabrakán era el segundo hijo de Vucub Caquix
 
—Yo derribo las montañas — decía.
 
Pero Hunahpú e Ixbalanqué vencieron también a Cabracán. Huracán, Chipi-Caculhá y Raxa-Caculhá hablaron y dijeron a Hunahpú e Ixbalanque:

—Que el segundo hijo de Vucub-Caquix sea también vencido. Ésta es nuestra voluntad. Porque no está bien lo que hace sobre la tierra, exaltando su gloria, su grandeza y su poder, y no debe ser así. Llevadle con halagos allá donde nace el sol —les dijo Huracán a los dos jóvenes.

—Muy bien respetable Señor —contestaron éstos—, porque no es justo lo que vemos. ¿Acaso no existes tú, tú que eres la paz, tú, Corazón del Cielo?

Entretanto Cabrakán se ocupaba en sacudir las montañas. Al más pequeño golpe de sus pies sobre la tierra, se abrían las montañas grandes y pequeñas. Así lo encontraron los muchachos, quienes preguntaron a Cabrakán:


AZTECAS: EL DIOS DEL FUEGO, MICTLÁN Y CHALCHIHUITLICUE

 
EL DIOS DEL FUEGO

Esta deidad era conocida en México bajo varios nombres, entre los que destacan Tata (Nuestro padre), Huehueteotl (el Mayor de los Dioses) y Xiuhtecutli (el Señor del Año). Está representado con el color del fuego, con la cara negra, un tocado de plumas verdes y, a la espalda, una serpiente que representa la naturaleza serpenteante del fuego.
También llevaba un espejo de oro que demostraba su relación con el Sol, del que emanaba todo el calor.
 
Cuando llegaba la mañana, todas las familias mexicanas hacían a Xiuhtecutli una ofrenda, que consistía en una pieza de pan con una bebida. Él no era sólo, como Vulcano, el dios del rayo y de las conflagraciones, sino también el pacífico dios del corazón doméstico.
 
Una vez al año se extinguía el fuego en todos los hogares mexicanos y se reavivaba por fricción ante el ídolo Xiuhtecutli.
 

LOS EXTRAÑOS HOMBRES NEGROS DE AUSTRALIA


Los australianos todavía vivían en la Edad de Piedra cuando fueron descubiertos y es muy posible que hubieran llegado al subcontinente desde (por lo menos, a través de) el sudeste de Asia. Forman un mosaico de tribus, que no podemos clasificar aquí.

Los arunta y otras comunidades tribales del centro de Australia celebran ritos totémicos en el cambio de las estaciones, por lo que se creyó que el origen de su religión y organización social dependía del tótem, pero se ha probado que las ceremonias iniciáticas, plenamente individuales, despiertan en ellos la idea de una fuerza superior, de tipo espiritual.
 
Consideran que cada ser humano es la reencarnación de un animal mítico o de un antepasado, del que reciben el nombre y el linaje.
 
Los australianos centrales y septentrionales creen, en cuanto a la procreación, que el espíritu de los niños entra en las mujeres en los parajes en que los antepasados depositaron los embriones cuando vagaban por la Tierra. Por lo tanto, parece que el nacimiento no tiene relación con el ayuntamiento sexual, sino que es el paso del mundo incorpóreo al corpóreo. Esta teoría de la generación, que la evolución ha convertido en algo sumamente artificial, considera la gestación como obra de la Providencia.

viernes, 3 de agosto de 2018

LAS 8 GRANDES FESTIVIDADES CELTAS



Los celtas unían los ritos estacionales con la exuberancia de sus fiestas. Beltaine era considerada la fiesta de entrada en la estación de la procreación, de los matrimonios y las ceremonias de Iniciación en la edad viril.
 
En Beltaine la unión del Gran Dios Cernunnos y la Gran Diosa Madre simbolizan la conexión de las fuerzas del amor y la fertilidad divinas. Una noche ritual para alejar nuestros males y problemas y atraer el amor a nuestras vidas.
 
EL CALENDARIO CELTA
 
El calendario celta precristiano consta de 13 meses y se conservó en algunas aldeas y zonas rurales inglesas hasta el siglo XIV. Si hablamos de trece meses de veintiocho días, es porque evidentemente es un calendario lunar, aunque también los druidas conocían la duración y división del año solar, es decir, el tiempo que tarda la Tierra en recorrer su órbita alrededor del Sol. Lo aplicaban para la siembra y la cosecha de los productos agrícolas.
 
Para los celtas el registro del tiempo se hacía en función de las noches y no de los días. Todos los meses (lunares) tenían una mitad positiva, luminosa y fértil, cuando la Luna estaba en Cuarto Creciente y Llena. La otra mitad era negativa, oscura y estéril, correspondía a la Luna en Cuarto Menguante y Nueva.
 
Por otra parte, a cada mes, se le atribuía una letra, un árbol y una piedra. Las estaciones del año eran 5 y constaban de 72 días, más "cinco días sombríos". En ellas había 9 Grandes  días: las 4 grandes fiestas Imbolc, Beltaine, Lughnasad y Samain) más los 5 días sombríos.