viernes, 24 de agosto de 2018

EL SIJISMO Y LOS SIJS


Los sijs, cuyo número total asciende a unos seis millones, representan una comunidad religiosa del Penjab, cuyo nombre, en el transcurso del tiempo, se ha convertido en la designación de un pueblo.
 
La fundó Nanak (1469-1539), el primer guru, con el propósito de unir a hindúes y musulmanes en un solo cuerpo. Los guru que le siguieron, hasta nuestros días, tanto por circunstancias históricas como por iniciativa propia, no sólo hicieron evolucionar la creencia inicial, sino también transformaron a los sijs en una fuerza militar de enorme eficacia. Esto último se debió sobre todo a la persecución religiosa a que los musulmanes los sometieron durante el reinado de Jihangir, sucesor de Akbar, precisamente cuando Guru Arjan compuso el Adigrant, la "Biblia" sij, que contiene las enseñanzas de Nanak y sus sucesores, y las de los santos que los precedieron.
 

La religión sij, como la concibió Nanak, es monoteísta, aboga por la perfección y la paz espirituales, rechaza la distinción de castas y busca la sencillez de la fe y la pureza moral, es decir, tiene muchos puntos de semejanza con el cristianismo; no obstante, discrepa de él en materia tan básica como es la transmigración de las almas.
 
Los sijs creen que Nanak se encarnó en sus sucesores y por ello aceptan los preceptos e ideas de los guru. Se dividen en dos sectas: la sahiydari y la kesadari. No obstante, los miembros de las dos sectas se reúnen juntamente en el famoso templo dorado de Amritsar, que es el centro de su culto.
 
La diferencia entre ambas estriba en que no admiten o admiten el pahul, el bautismo por la espada de doble filo (quien, sea quien fuere, acepte este bautismo se convierte en sij); los sahiydari no lo aceptan y los kesadari sí.

Éstos visten de una manera característica y arrollan su largo pelo alrededor de un puñal, con el que se peinan.
 
Otros mandamientos del sijismo son la humildad y la sinceridad, gracias a las cuales es posible llegar a Dios; la prohibición de la cremación voluntaria de las viudas durante los funerales de su marido (hoy la ley la veda en toda la India); la renunciación al vegetarianismo, tan extendido en el subcontinente (gracias al consumo de carne y a determinados ejercicios, los sijs destacan entre los hindúes por su espléndida complexión física), etcétera.
 

 
 


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