martes, 17 de abril de 2018

EL SIGNO SAGITARIO EN EL AMOR Y EN EL SEXO


Los nativos de Sagitario absorberán la energía del momento estacional en el que nacen; poseen una naturaleza extremadamente curiosa, indagadora y deseosa del movimiento. Todo ello se manifiesta ya en el plano físico o en el plano mental.

Físicamente les gusta moverse, y prefieren la educación física y el deporte que no lo viven con la competitividad de Aries, sino con el impulso y el amor al movimiento como expresión fluida de la armonía física del cuerpo; también sienten predilección por los grandes viajes, por conocer lugares alejados, el deseo de visitar y abordar playas o costas desconocidas.

Los Sagitario intentan unir lo cercano con lo lejano, lo material con lo espiritual, lo terrestre con la aspiración divina, con buena fe, con optimismo, con ingenuidad serena, sin dejarse llevar por una crítica demasiado sutil y severa todos los aspectos de un problema, siempre confiados de que también la cuestiones más difíciles pueden resolverse con buena voluntad y sentido común.

El símbolo que lo representa es el centauro, mitad caballo y mitad hombre, y es una imagen que nos habla de transformación de valores, de pasaje de la potencia instintiva animal hacia metas más elevadas, simbolizadas por el arquero que apunta la flecha hacia el cielo, es decir, hacia los ideales.



Los Sagitario son idealistas, filósofos, sabios, animados por las pasiones, por los sentimientos y por el amor.

En el plano emotivo se dejan llevar por la pasión y el entusiasmo de su naturaleza de fuego, móvil.

Mientras el fuego de Aries representa una energía original en toda su potencia animal, creadora y destructora, y la de Leo es una llama indomable y orientada hacia las ventajas y hacia la magnificencia del Yo, el fuego de Sagitario expresa la renuncia e intenta experiencias que puedan trascender al individuo.

En amor los Sagitario tienen necesidad de sentirse a gusto y en sintonía con la persona amada, y compartir sus proyectos, sintiéndose juntos e insertados en esa armonía universal a la que pertenecen y de la que quieren sentirse íntimamente partícipes.


Listos para asimilar y para captar ávidamente todos los sentimientos y estados de ánimo de la persona amada, desean probarlo todo con la ebriedad de una comunión casi sensual con la naturaleza, de la que extraen su maravilloso encanto.

De naturaleza fiel, honesta y leal, con frecuencia son atraídos por la aventura amorosa para satisfacer todas sus curiosidades y deseos, y por la necesidad innata de ser lo más libres posible y poder así lanzar todas las flechas de su aljaba. Se trata casi siempre de episodios temporales y pasajeros, que en ocasiones pueden ser vividos con sentimientos de culpa.

Al contrario de los nativos de Tauro, que se dejan llevar totalmente por el corazón, los Sagitario, siendo un signo móvil, son más fluctuantes y se mueven entre lo serio y lo humorístico como gorriones, y entre sus mismos sentimientos amorosos, intensificándolos, transformándolos a menudo, siempre con gran vivacidad.

Se dejan llevar por las impresiones ingenuas, serena y sencillamente, y los sentimientos de su corazón son sinceros, inocentes y vivos: solidaridad, capacidad de comprender, de participar, de identificarse con los demás, de simpatizar con los que tienen a su alrededor.

De carácter indulgente, tolerante, benévolo, abierto, desean expansionar libremente su personalidad, ser apreciados, sentirse en sintonía con quienes les rodean, a través de ellos, de alguna manera, prolongar la propia identidad.

Totalmente distantes y alejados del narcisismo y el exhibicionismo continuo, típico de los Géminis, su signo opuesto en Zodiaco, odian las falsedades, la mezquindad y todos los comportamientos falsos, las maniobras ocultas y escondidas. No desean los rodeos y van directos al grano, de forma sincera, abierta, leal y a veces un poco torpe.

En el amor, el aspecto de "distancia" del signo se concreta a menudo en la tendencia a idealizarlo y a colocar a la persona amada sobre un pedestal, hasta convertirla, a veces, en inaccesible a sí misma. Lograr conciliar lo real con lo ideal es el problema que hace mella en los Sagitario. A veces son atraídos por relaciones con personas extrañas pertenecientes a mundos distintos, a estratos sociales diferentes del suyo, que lo ponen frente a problemas a adaptación, que, cambiantes como son, no tienen dificultad en resolver.

Su sensibilidad afectiva y amorosa es simple y elemental, ligada a cuanto es definible concretamente, y depende del sentir y del conocer.

Tiene necesidad de un compañero que comparta su sed de aventura y de movimiento y con el que pueda pensar como si fueran gemelos. Tiene necesidad de espacio alrededor suyo y, por lo tanto, de alguien que le deje gran libertad, que no sea posesivo.

Aprecian la independencia por encima de todas las cosas, tienden a considerar la amistad como el amor. Curiosos, exploradores, sinceros, basan sus relaciones afectivas en la sinceridad y la lealtad.

Sexualmente, como el centauro de su símbolo, tienen una energía muy fuerte y magnética; les gusta la "caza" amorosa, que ejercitan a lo largo y a lo ancho hasta que no han encontrado a alguien realmente "superior", según ellos, que ponga a prueba su tan amada libertad.

Adoran el sexo y aman enormemente todas las atenciones y cumplidos; prefieren la estabilidad, en la que se sienten vivos, activos, estimulados en todo sentido.

Tienen necesidad de espacios vastísimos y de todos los escenarios en los que puedan espaciar su espíritu en la inmensidad, como las playas desiertas, los prados grandes y desolados, las habitaciones amplias y airosas desde las que se vislumbran vastos panoramas, y las camas inmensas.



 

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