Aries es el primer signo de fuego, y el suyo es un fuego indiscriminado y potente, que quema en todas las direcciones, aún a riesgo de apagarse enseguida.
Aries es como el joven y temperamental dios del fuego Marte, guerrero, vital, constructivo y, por lo tanto, jamás desinteresado, indiferente ni sereno.
Marte representa simbólicamente el carácter de los pertenecientes a este signo: batalladores y siempre ocupados en situaciones de fuerte tensión, en amores turbulentos, pasiones contrastadas, ideologías y conflictos interiores. Tiene en sí mismo una potente fuerza generadora, y por ello es el signo que con más facilidad inicia cosas nuevas y amores nuevos.
Aries es el primero de los doce signos zodiacales, y en el plano afectivo, el más simple y lineal.
En las relaciones amorosas proyecta su yo y sus deseos sin contar con la realidad del prójimo. Se abandona a los ímpetus de la pasión y a los sentimientos: es franco, ardoroso e inmediato.
Los amores más difíciles son los que más estimulan su instinto de lucha; cuanto más irrealizables son, más se introduce Aries en la conquista. El flechazo es el enamoramiento típico de Aries. Es un carácter instintivo y pasional; el deseo tiene supremacía sobre lo sentimental y sobre la ternura, y su impulsividad, a nivel emotivo, no deja espacio para la delicadeza ni la pura sensibilidad.
En el amor se da por completo. Más allá del vigor y de la virilidad demostrada, en su alma hay, sin embargo, un lado infantil, ingenuo y adolescente. El amor es siempre una aventura que le fascina y le subyuga totalmente.
En la pasión, que vive de una forma devoradora, se arroja en un remolino de sueños, deseos y aspiraciones. La emotividad de Aries es muy fuerte. Muy orgulloso, este signo no desea más que su estado de ánimo interior vibre y que se manifiesten los violentos sobresaltos que lo están agitando.
Tienen siempre necesidad de sentirse vivos, de sensaciones muy fuertes, de momentos de loca pasión y de angustia. Oscila instintivamente entre las posiciones de "todo o nada". Es terriblemente intenso. Vive instantes de fervor y de arrebato, seguidos de crisis depresivas; no tiene la dimensión adecuada de los hechos y de la realidad, y una cita no cumplida puede hacerle caer en el pánico más absoluto y vivirla como un hecho de proporciones gigantescas, o como un trauma insuperable.
En momentos de dolor ardiente y do total confusión mental, Aries es fácilmente víctima de la irreflexión y la impulsividad. Cuando cree quo sus proyectos amorosos han fracasado, se decepciona y se abandona a sí mismo. Tiene necesidad de un compañero que lo sostenga. Va en busca de un amor que pueda despertarle emociones intensas, no necesariamente en el plano sexual, sino más bien emotivo, alguien capaz de agitarlo y de hacerle perder completamente la cabeza. Sus estados de ánimo son mutables; su carácter es, generalmente, inestable.
En momentos de dolor ardiente y do total confusión mental, Aries es fácilmente víctima de la irreflexión y la impulsividad. Cuando cree quo sus proyectos amorosos han fracasado, se decepciona y se abandona a sí mismo. Tiene necesidad de un compañero que lo sostenga. Va en busca de un amor que pueda despertarle emociones intensas, no necesariamente en el plano sexual, sino más bien emotivo, alguien capaz de agitarlo y de hacerle perder completamente la cabeza. Sus estados de ánimo son mutables; su carácter es, generalmente, inestable.
También en el plano de la sexualidad se refleja su temperamento lineal, trastornado, inmediato. No tiene demasiado tacto, no podría definirse como una persona dulce, tierna y romántica, aunque es un amante apasionado, generosos, optimista y que contagia su vitalidad.
Aries empieza siempre una historia de amor con un gran entusiasmo. Tiene una gran carga de seducción, y es muy difícil resistir a sus ataques.
La impulsividad y la prisa de Aries son proverbiales: quiere todo y enseguida. Obviamente cuanto más arde el fuego, más de prisa se apagará. Le gusta la idea de ser la persona más importante del mundo. Aries sueña en ser considerado como un héroe mítico.
Sus enemigos mortales son el aburrimiento, la monotonía y el silencio; de hecho, después de los impulsos iniciales, cuando su carga afectiva, amorosa y sexual se desvanecen en la relación, fácilmente se deja llevar por otros interesas, por la idea de otras conquistas que en aquel momento le parecen más estimulantes.
No es fiel a causa de la discontinuidad de su carácter y de su extremo enardecimiento. Aries tiene una visión de la vida y del mundo positiva y optimista. En amor sabe ofrecer la sensación de que él es la criatura más especial de la tierra.
Busca seguridad en quien ama, pero quiere, al mismo tiempo, ser de todos el mejor, y no soporta de ningún modo, una relación en la que tenga la impresión de no ser suficientemente amado o de ser, por otro lado, controlado.
Se enamora fácilmente, no tanto de la persona en sí, sino de la idea del amor, y no siempre sabe distinguir un sentimiento duradero de uno momentáneo.
No es aburrido en absoluto, y sabrá animar continuamente la relación con nuevos y agradables encuentros, con su inventiva y dinamismo. La estrategia de conquista más apreciada por Aries es la del asedio; puesto que este signo astrológico está mitológicamente ligado al antiguo dios de la guerra, Marte es en el ataque cuando utiliza sus mejores armas. La víctima elegida es asediada hasta el límite de la persecución y, por lo general, no logra liberarse fácilmente.
Es impulsivo, celoso, pasional, exclusivista. Debería aprender a dejarse llevar por las cosas, consintiendo que éstas ocurrieran por sí mismas, en lugar de manipularlas para que "sucedan". Aries es impulsivo, ingenuo, audaz, cándido. No reflexiona sobre las complicaciones de las aventuras en las que se lanza.
El fuego de Aries está al máximo de sus manifestaciones irreflexivas, y rechaza la experiencia. Si un amor no va bien, no se para a pensar en qué es lo que había erróneo para extraer una experiencia, sino que borra instintivamente de su mente las desgracias paliadas, corriendo así el peligro de volver a caer en los mismos errores.
Es muy audaz, se lanza a las historias amorosas de una forma frenética, y lucha y obliga a la persona que ha elegido a ser como desea, es decir, una persona extraordinaria, fuera de lo común, un vencedor, porque es así como lo ha idealizado.
Ama el riesgo y el juego del amor es interesante si existen rivales peligrosos con los que combatir.
Aries debe mirarse en su interior, no oponer resistencia, aprender a convivir con sus miedos, a no pedir solamente ayuda práctica, sino ayuda emotiva, porque es realmente de lo que tiene necesidad.
Sexualmente tiene una carga erótica extremadamente viva. Y necesita de un fuerte estímulo mental que encienda el físico. Detesta la rutina sexual, que apaga completamente su deseo. Prefiere ataques vigorosos y enérgicos. Aries es fantasía y energía... no lo olvides.
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