La Luna, como se sabe, es mutable. Las cuatro fases lunares y sus movimientos influencian muchos fenómenos en la Tierra, y esto ya era patente en la antigüedad. Esta Luna se refleja en el agua, un agua regeneradora, fuente de toda forma de vida, en la que tiene su origen el carácter de los pertenecientes a este signo: de humor inestable, sensibles, soñadores, fantasiosos, tienen comportamientos muy a menudo contradictorios y oscilan de forma obstinada y cerrada hacia otros más abiertos y alegres.
Su naturaleza introvertida a menudo protege un núcleo interior demasiado tierno, dulce e indefenso para que pueda ser expuesto. La atadura con el inconsciente es fortísima, y a veces sucede que el Cáncer rechaza a nivel consciente una realidad exterior que no le satisface, para huir a su universo interior que sustituye a aquel mundo externo y a aquellos hechos concretos que no le gustan; la experiencia de Cáncer es quizás la más difícil del Zodiaco; quizá por su naturaleza sensible, emotiva y vulnerable, sienten la necesidad de bajar a la profundidad de su alma, y esta aventura, aunque sea interiormente rica, puede resultar muy dolorosa si se afronta a la ligera.
Intuitivo, fantástico, dúctil, quien nace con el Sol en Cáncer está generalmente dotado de todas aquellas características que han sido siempre consideradas típicamente femeninas; dulces y amorosos, los nativos de este signo tienden a reservar y a concentrar sus emotividades en las relaciones familiares.
Los de signo Cáncer a menudo se aíslan, oponiendo a los obstáculos la resistencia pasiva. Aparentemente frágiles y delicados, tienen una gran tenacidad y resistencia.
En el plano sentimental son hipersensibles, aprensivos e impresionables, y la Luna los empuja hacia el vagabundeo de la fantasía y la excentricidad.
Cáncer es un signo de agua, y el agua es fluida y asume la forma del recipiente que la contiene; de ahí nace el cambio, la emotividad, la excesiva sensibilidad y vulnerabilidad de los superemotivos, que tienen una sensibilidad intensa en miles de impresiones.
Su mundo interior está hecho de previsiones, de premoniciones, de intuiciones anticipadas. En el fondo del corazón hay un rincón oscuro donde se esconde la angustia de no ser amado. Su inestabilidad emotiva le obliga, a veces, a comportarse de una manera casi infantil, que le hace rechazar las responsabilidades y las soluciones racionales.
Grande es el deseo de amor, intenso como protección contra los temores y las angustias. Su naturaleza se realiza a través de las ataduras afectivas, la dulzura, la delicadeza, la comprensión, las atenciones que ofrecen a la persona amada, pero que desean también ellos y sin las cuales se sentirían terriblemente infelices.
Desean un amor total, que les comprenda, les perdone, les sostenga, que vaya más allá de todos los obstáculos. Desean un amor inefable, indecible, en el que puedan darse sin temor a ser traicionados, incomprendidos o engañados, o en el que puedan reservar los tesoros de ternura que tienen acumulados en su alma.
Cáncer es el área astrológica que tiene que ver con la casa, el nido, y así tienen necesidad de sentir a su alrededor un ambiente confortable, porque deben sentirse protegidos de las violencias del mundo.
En amor son extremadamente tenaces y difícilmente abandonan la presa. A veces se atan a persona que no son las más apropiadas, pero a pesar de ello resulta difícil para ellos poner fin a estas relaciones negativas.
Desean ser seducidos lentamente, quieren ser cortejados, y tienen una sexualidad muy intensa que comunican de una forma muy sutil.
El Cáncer, como el signo de Tauro, aunque de una manera más soñadora, desea el sexo unido al amor y acompañado de delicadeza, admiración y romanticismo. Es gentil, apresurado, sensible y en absoluto autoritario.
No es agresivo, no explota en escenas violentas y no se esconde en pretextos. El planeta Marte, responsable de la agresividad y del dinamismo, está de caída en este signo (pues está exaltado en Capricornio), y este hecho le impide aclarar de una forma sincera y directa las situaciones y los equívocos. Expresa sus malhumores y errores rápidamente, o al menos lo que cree que lo son de una forma caprichosa y casi infantil; es, obviamente, lunático.
En amor no es un conquistador que parte hacia el ataque como Aries, pero puede comprender a fondo la psique femenina y sus problemas, y sabe ser un compañero dulce, afectuoso y comprensivo.
En una relación amorosa busca el entendimiento entre las dos almas, es decir, a alguien que esté en disposición de responder a su fuerte vibración emotiva. Su carga afectiva es inmensa, así como la capacidad de dar, de comprender y de proteger; desea, sin embargo, a alguien que le acepte totalmente y que a su vez pueda abandonarse del todo, que le de dulzura y una ternura casi maternal.
Puede ser muy arduo para quien lo ama habituarse a sus repentinos cambios de humor atados a las fases lunares, a la susceptibilidad, a sus silencios y a sus imprevistos. Tiene una gran confianza en su intuición, y filtra continuamente las propias impresiones a través de ello.
Sus sensaciones son hechos concretos y logra percibir los cambios de la psique de los demás y las intenciones de quien está cerca, ya que está dotado de una sutil intuición y de una capacidad de percepción casi de meditan.
Sexualmente no es muy ardiente, aunque es receptivo a los deseos de los demás y el romanticismo es para él una parte integrante de la excitación y de la gratificación sexual. Si no se siente amado durante el día, se rebelará bruscamente a las insinuaciones nocturnas de su compañero y se encerrará fríamente en su soledad, esperando que se le ruegue con afirmaciones y excusas que abandonen su postura.
Cáncer jamás confía en los extraños, y hay ciertas cosas que ni siquiera sus mejores amigos saben. Llegar a conocerle exige mucho tiempo y una buena dosis de paciencia. Si te presentan a uno de ellos en uno de sus días agrios y quisquillosos, es posible que no te sientas muy ansiosa de conocerlo mejor, pero prueba otra vez, no abandones tan fácilmente.
Cáncer puede ser casquivano y voluble, pero también, es capaz de lealtad y sensibilidad. Sin previo aviso, ese ceño fruncido puede ceder el paso a una sonrisa. Sus ásperas quejas y sus modales gruñones van suavizándose lentamente hasta convertirse en un tono de ternura; un segundo antes de que le sacuda una risa profunda o se sofoque en el intento de ahogarla, o estalle en una histérica carcajada lunar. Cuando esté triste y pensativo te sentirás impulsado a abrazarlo para calmar su melancolía. Cuando exhiba su agudeza intuitiva, te lo quedarás mirando con reverencia.
Su cautela te impresionará, te deprimirá su pesimismo. Aunque, desde luego, es romántico, también es increíblemente práctico y sensato. Trata de entenderle. No es que tenga una personalidad cambiante, son simplemente caprichos lunares que atraviesan su conciencia, que hoy están y mañana han desaparecido. Tanto entre esos cambios anímicos como durante el tiempo que cada uno de ellos dura, Cáncer es fiel a su naturaleza. Jamás se aparte de su molde básico, a pesar de los cambios de expresión que modifican sus rasgos. Trata siempre de recordar que aunque sus modales puedan ser rudos y distantes, el corazón del cangrejo siempre es tierno y afectuoso, y tan rebosante de sentimiento que es la causa de que a veces se sienta vulnerable.
Lamentablemente, un Cáncer puede ser de vez en cuando un perfecto aguafiestas capaz de hundir a todo el mundo en la depresión y de calarte hasta los huesos con su lluvia de pesimismo.
Un signo de fuego en el ascendente puede provocarle algún impulso a dilapidar, al que se resistirá con valor admirable. Aunque de vez en cuando ceda a alguno de esos impulsos derrochones para levantarse el ánimo, ello no será en él un hábito. Hasta los nativos más poéticos y soñadores de este signo, los que se pasan la vida inmersos en la música, el arte o algún otro empeño cultural, tienen un nítido sentido del valor del dinero.
Cuando un Cáncer se dedica a una carrera, es seguro que llega a la cúspide. Está lleno de talento artístico. Si es un Cáncer auténtico, no enloquecerá por la ropa deportiva. Su atuendo denotará cierta formalidad. Esperemos que sepas ganarte la simpatía de su madre o, más bien, roguemos por que te la ganes. Es bastante seguro que ella aparezca con frecuencia en la conversación. Los cangrejos son muy apegados a la madre, o bien se han alejado completamente de ella. La relación con ella nunca es tibia. Los que no sienten reverencia por la madre son los adoptados, o bien aquellos en que los celos ante el lugar que el padre ocupa en el afecto materno han provocado un bloqueo emocional. En tal caso pueden exhibir una frialdad y un aislamiento antinaturales.
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