sábado, 14 de abril de 2018

EL SIGNO GÉMINIS EN EL AMOR Y EN EL SEXO

 
Nunca lo busques si no le ves venir, ni te le cuelgues de los faldones de la americana cuando quiera irse. Una vez que te hayas adiestrado en la aceptación de su espíritu inquieto e impredecible, es posible que las cosas funcionen, pero no insistas en el "consuelo celestial de saber siempre que hay alguien cuando uno le necesita".
 
Es verdad que si estás enamorado de un Géminis no estarás solo. Eso, seguro que no. Tendrás por lo menos dos hombres (o dos mujeres) que anden contigo... y los dos serán él.
 
El Géminis típico le gusta a la gente. Es raro el mercuriano que no sea una perfecta delicia como conversador. Tiene un gusto exquisito, es pródigo en comentarios ingeniosos, y sus cumplidos son obras maestras de cálida sinceridad.
 
Con su habitual e impecable dominio de los modales y su instinto social, es quién mantiene la fiesta, en más de un sentido. Las horas pasarán en un soplo mientras tú gozas, feliz, en su cordialidad, te ríes de sus ingeniosos chistes y te derrites bajo su encanto cálido y alegre.
 
Géminis te dirá "Te amo" de cien maneras diferentes, como no podría hacerlo nadie más en el mundo. Géminis tiene una necesidad inconsciente de disfrazar sus verdaderas intenciones, de entablar con los otros una suerte de esgrima verbal y de encubrir sus motivos con acciones duales. En general, buscarán confundirse. Después, con la característica incongruencia de Géminis, harán un giro de 180 grados y se mostrarán tan directos que te dejarán poco menos que sin aliento con su franqueza y brusquedad.
 

Con Géminis, el amor es fácil y divertido, siempre que no trates de aproximarte demasiado. Hay un núcleo íntimo que sólo le pertenecen a él, que jamás compartirá con otro ser humano, ni siquiera contigo. No le aburras, interésale siempre y tu romance con Géminis puede ser muy especial. No te rebeles contra su versatilidad. Mantente tan alerta, interésate tanto por la vida como él.
 
Mercurio busca, por encima de todo, un compañero mental, que esté a la altura de su ingenio, que pueda superarle incluso de vez en cuando, porque no es egoísta. Es muy realista y disfruta de los desafíos mentales. Lo último que quiere es un felpudo.
 
Para Géminis, donde cuelga su sombrero está su hogar. Es raro que muestre apego profundo y duradero hacia recuerdos, lugares, personas y cosas del pasado. Durante un largo período de soledad, es posible que el mercuriano vierta algunas lágrimas sentimentales, pero la causa está más bien en la soledad que en la nostalgia del ayer.
 
Es sociable y le enferma (cuando no le da pavor) estar solo durante mucho tiempo.
 
Con los niños será compinche, pero no esperes que los discipline, aunque les enseñará muchísimas cosas antes de que lleguen siquiera al jardín de infancia. Es probable que les encante confiarse a él, porque muy rara vez se mostrará escandalizado o será duro en sus juicios. Géminis sabe amar sin sofocar. La relación de Géminis con sus hijos es por lo común muy íntima, aunque tal vez poco coherente, por contradictorio que esto pueda parecer. Por más afectuoso, cálido y vivaz que pueda ser con la gente, es posible que no les insista en la necesidad de ajustarse a rutinas, ya que al propio Géminis no le gustan las rutinas. También mostrará tendencia a criticar el comportamiento de los críos un día y aprobarlo al día siguiente, con lo cual puede crearles confusión.
 


Recuerda que la típica frialdad emocional de Mercurio puede caldearse considerablemente si los dos escuchan la misma música y sueñan lo mismo sueños. Géminis necesita experimentar una fusión total en lo mental y espiritual para que la pasión física pueda cobrar intensidad. Aunque parezca tortuoso, es el único camino verdadero hacia su corazón. Una actitud de crítica áspera y fastidiosa, unida a continuas escenas emocionales, mellará sin duda el filo del delicado y sensible amor de Géminis.
 
Más de una vez leerás u oirás que Géminis necesita siempre dos amores al mismo tiempo. La dualidad geminiana, con su sugestión de engaño, es algo que se menciona con tanta frecuencia que puede causar angustias sin fundamento. Es difícil conseguir que se asiente un poco durante el tiempo suficiente para tomarse en serio la pasión o cualquier otra cosa. Su mente está continuamente viajando, y simultáneamente va haciendo los comentarios.
 
Primero, Géminis caerá en un arrebato de éxtasis por obra de tu sonrisa, tu voz, tu manera de andar. Después cambiará bruscamente y empezará a criticártelo todo, desde los calcetines hasta la forma en que te cortas el pelo, y por lo general lo hará con tan agudo y cortante sarcasmo que tendrás que aplicar tintura de yodo a tus heridas.

La actividad de su imaginación crea muchas fantasías. El romance es la forma de expresarlas más fácil que encuentran. Géminis necesita que lo compadezcas, no que te enojes con él.
 
Le resulta dolorosamente difícil interesarse por una sola persona a la vez. Cuando encuentra a alguien que es adecuadamente creativo, que se mueve cómodamente en el ambiente del ballet o en el mundillo literario, vuelve a surgir la dualidad. Concédele crédito. Por lo general Géminis conseguirá arreglárselas solo con la perplejidad que le ocasiona su propio y complejo carácter, sin cargarte a ti con él. Es un compañero vivaz y alegre.
 
Durante la mayor parte del tiempo (cuando esté bien de ánimo) será un chisporroteo de vivacidad, te divertirá con sus observaciones despiertas e ingeniosas y conversará con inteligencia de casi todos los temas posibles.
 
Géminis regido por Mercurio anhela estar "real y verdaderamente enamorado", pero no lo consigue. La aguda mentalidad de Géminis se mostrará inequívocamente cada vez que un tema nuevo despierte su curiosidad.
 
Su disposición mercuriana le permitirá ver todas las complejidades de tus ideas creativas y es probable que te aporte algunas sugerencias de su cosecha.
 
 
 

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