jueves, 8 de septiembre de 2016

LA CABRA AMALTEA Y EL CUERNO DE LA ABUNDANCIA


Vamos a hablar de nuevo de la Cabra Amaltea, de la que hemos dicho ya que se hallaba en el monte Ida.

Júpiter recordaba su a opulenta nodriza cuya nutritiva leche le había alimentado durante tanto tiempo.

Tampoco había olvidado los juegos que se libraba desde su infancia, con el animal de los grandes cuernos. Guardaba en la memoria sus prodigiosos saltos, sus temeridades acrobáticas y las luchas que acometía con gracia, fuerza y audacia.

Pero recordaba de a manera especial que, en determinada ocasión, había arrancado, en un momento de crisis nerviosa, uno de los hermosos cuernos que adornaban la frente de su imponente nodriza.

Para reparar en lo posible este daño involuntario de su loca juventud, y probar, sobre todo, su gratitud a la excelente ama de cría, Júpiter elevó la Amaltea al distinguido rango de las constelaciones celestes.

En cuanto al precioso cuerno tan absurdamente arrancado, pensó ofrecerlo a las ninfas del monte Ida, dándole, al mismo tiempo, el poder de prodigar profusamente flores, frutos, piezas de oro y pedrerías.

Por eso se le ha llamado el Cuerno de la abundancia.



 

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