El reinado sobre los planetas se atribuía al dios caldeo Marduk, cuya descripción, hecha en la quinta tablilla de La epopeya de la Creación, dice asi:
«El construyó las residencias de los grandes dioses. Fijó las estrellas que están hechas a su imagen y hasta los "Lumasi". Calculo el año y designó los signos del Zodiaco.
Atribuyó tres estrellas a cada uno de los doce meses. Después de definir por signos los días del año, determinó la posición de Nibiru, para que cada uno tuviera su lugar y ninguno se adelantara ni retrasara.
Puso a su lado a Enlil y a Ea. Abrió puertas a cada lado y levanto solidos muros a izquierda y derecha. Puso las "alturas" en el vientre de Ea e hizo resplandecer la nueva Luna a la que confió la noche. Hizo de el (la Luna era masculino) un ser de la noche, a fin de que los días estén fijados.»
El astrologo ingles Rupert Gleadow nos dice en su obra Les Origines du Zodiaque quien era exactamente el dios Marduk:
«Cuando Babilonia se convirtió en soberana de todas las ciudades babilónicas, hubo que elevar a Marduk, divinidad local y hasta entonces menor, al rango de dios superior. Los escribas babilonios imaginaron entonces una prueba decisiva que le permitiera revelarse: esta fue la aparición de un monstruo, Tiamat, que representaba al mar áspero y salado, en contraste con las dulces aguas de Ea.
«Cuando Babilonia se convirtió en soberana de todas las ciudades babilónicas, hubo que elevar a Marduk, divinidad local y hasta entonces menor, al rango de dios superior. Los escribas babilonios imaginaron entonces una prueba decisiva que le permitiera revelarse: esta fue la aparición de un monstruo, Tiamat, que representaba al mar áspero y salado, en contraste con las dulces aguas de Ea.
Tiamat, por razones puramente gramaticales, era un monstruo femenino a la vista del cual el propio Anu, su creador, echo a correr. Marduk se avino a luchar contra Tiamat con la condición de ser reconocido como uno de los dioses superiores.
Después de superar la prueba preliminar que consistía en destruir y volver a crear una vestidura que le dieron sus examinadores, Marduk partió en dos cuerpo de Tiamat, una de las mitades se convirtió en el Cielo y la otra en la Tierra.
Marduk era un dios violento, bastante agresivo, que poseía numerosas de las características de Nergal que advertimos también en Marte. Además, su asimilación con Zeus-Júpiter eliminó parte del simbolismo caldeo asociado a este planeta.
Personalmente, en mis intentos de interpretación astrológica, me siento inclinado a restituir este carácter agresivo a los jupiterianos, pues he podido comprobar que existe casi en todos ellos.
Para Tolomeo, como hemos visto, Júpiter es el planeta benéfico por excelencia. A el atribuye la generación de los vientos fertilizantes de la Tierra.
El simbolismo astrológico de Júpiter es de expansi6n, dilatación y orden. El jupiteriano es una fuerza de la Naturaleza, repleto de seguridad y jovialidad (palabra derivada de Júpiter a través de la voz latina Jovis).
El jupiteriano es liberal, muy burgués, satisfecho y afortunado.
En un horóscopo, Júpiter simboliza el éxito y los honores que reporta.
Profesiones: político, actor, magistrado, eclesiástico, empresario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario