Aries es el primer signo de fuego, y el suyo es un fuego indiscriminado y potente, que quema en todas las direcciones, aún a riesgo de apagarse enseguida.
Aries es como el joven y temperamental dios del fuego Marte, guerrero, vital, constructivo y, por lo tanto, jamás desinteresado, indiferente ni sereno.
Marte representa simbólicamente el carácter de los pertenecientes a este signo: batalladores y siempre ocupados en situaciones de fuerte tensión, en amores turbulentos, pasiones contrastadas, ideologías y conflictos interiores. Tiene en sí mismo una potente fuerza generadora, y por ello es el signo que con más facilidad inicia cosas nuevas y amores nuevos.
Aries es el primero de los doce signos zodiacales, y en el plano afectivo, el más simple y lineal.
En las relaciones amorosas proyecta su yo y sus deseos sin contar con la realidad del prójimo. Se abandona a los ímpetus de la pasión y a los sentimientos: es franco, ardoroso e inmediato.