Ra, creador del Sol, era visto en Egipto en forma de disco solar, pero le conocían de otras muchas formas.
Aparecía como hombre coronado, y como halcón u hombre con cabeza de halcón; los egipcios también representaban a Ra, en forma de escarabajo empujando el sol en el cielo, corno si fuera una bola de estiércol. En las oscuras cavernas bajo la tierra había escondidas setenta y cinco formas de Ra; misteriosos seres con cuerpos momificados y cabezas de pájaro o serpiente, plumas o flores.
Los nombres de Ra eran tan abundantes como sus formas; era el Renovador, el Resplandor, el Viento de las Almas, el Exaltado, pero uno de sus nombres no había sido mencionado nunca.
Para conocer el nombre secreto de Ra había que tener poder sobre él y sobre el mundo que había creado. Isis anhelaba este poder. Ella había soñado que un día tendría un hijo con cabeza de halcón llamado Horus, y quería que le fuera concedido cl trono de Ra.
Isis era la diosa de la Magia, más sabia que millones de hombres, pero sabía que no había nada suficientemente poderoso para dañar a Ra. Su única elección era volver contra el creador su propio poder, y, por fin, Isis ideó un cruel y astuto plan.
Isis era la diosa de la Magia, más sabia que millones de hombres, pero sabía que no había nada suficientemente poderoso para dañar a Ra. Su única elección era volver contra el creador su propio poder, y, por fin, Isis ideó un cruel y astuto plan.